Soy de los que piensa que las cosas pasan por algo. No creo en las casualidades y si yo he tenido que padecer un trasplante bipulmonar, es por algo. Y creo que es entre otras cosas, para contarlo, no todos tienen el privilegio de poder trabajar en un medio de comunicación y poder tener “mano” a la hora de contar cosas, yo lo tengo, la Cadena Ser me ha dado la oportunidad y me ha abierto las puertas para que mi historia trascienda más allá de lo local, no solo la Ser, afortunadamente, mi buena relación con muchos medios, ha servido para que ellos también cuenten mi historia.
Estoy convencido que cuando uno cuenta su caso, empatiza con mucha gente. Cuando estás enfermo piensas que eres el único, dejas de pensarlo cuando vas a consulta y empiezas a ver que no estás solo, y si esa enfermedad lleva operación o tratamiento especial, ya es entonces cuando necesitas saber más y confirmas que no eres un bicho raro, porque la enfermedad es la rara, no el paciente. Yo no era consciente del peligro que tenía dejando de tomar la medicación hasta que poco a poco mis pulmones dijeron basta.
En el momento que ya empiezan hablar de trasplante es entonces, en mi caso, cuando necesitaba información y esa información es muy difícil de conseguir. Muchos pacientes no quieren hablar del tema, otras cuentas unas cosas, otros otra, para unos ha sido un calvario, para otros una bendición. Conclusión: cada uno es un mundo, aunque sea la misma enfermedad.
Entonces decidí que me gustaría escribir mi historia. Sería la mía, con lo bueno y con lo malo, con lo que iba pasando, y eso hice, desde el principio fui apuntando todo lo que pasaba para que no se me olvidase, la intención era escribir un libro, pero nunca pensé que tuviese tanta repercusión. En él cuento detalles, cuento anécdotas, sensaciones, cómo lo pasé. Mi historia. Mi objetivo con el libro siempre ha sido intentar ayudar a resolver cientos de preguntas que te pasan por la cabeza a la hora de un trasplante bipulmonar, quería contar que no siempre salen mal las cosas y que las grandes operaciones de este tipo, también tienen muchas veces final feliz. Quiero dar una esperanza a todos aquellos que están en un proceso de cualquier enfermedad que se sale, que tienes que poner de tu parte, que no será fácil, pero que se sale. Quiero hablar de mi donante, esa persona que en vida decidió ser donante y que ahora tengo yo sus pulmones que me dan el aire que no tenía y con el que puedo vivir, sin ese ángel, nada de esto sería posible, le estaré eternamente agradecido. De la importancia que tiene donar órganos y de tantas cosas que pasan antes, durante y después.
Han pasado algo más de cinco años desde aquel 9 de septiembre 2016, os invito a que conozcáis mi historia en mi libro “El trasplante, mi segunda oportunidad”, que además parte de los beneficios van destinados a la Asociación Valenciana de Fibrosis Quística.